Dead or Alive?
Publicado por Kaiya Kin , sábado, 14 de julio de 2012 22:21
Capítulo
19
No puedo mirarle a la cara sin sentirme culpable. Han pasado tres días desde que le conté que el estaba semi-muerto. Por tanto, también han pasado tres días desde que me enteré que soy la culpable de que él esté aquí. Desde entonces, él me trata mejor que antes. Las horas se hacen muy largas, no tenemos necesidades humanas como comer o dormir, y el a veces me pregunta cosas que no sé responder, pero aún así, solemos pasar el tiempo juntos. Ya no peleamos, y me doy cuenta de que muchas veces me mira con pena cuando cree que no le estoy mirando. Eso es lo que más me molesta. Soy la culpable de su estado, y él solo sabe tratarme como si fuese una reina, como si todo fuese culpa suya. Intento hablar con él lo menos posible, y cuando me pregunta, le respondo lo más escuetamente posible, incluso intento responder de mala manera, esperando que así, tal vez, me odie, pues es lo único que me merezco. Pero parece que, cada vez que soy borde con él, su sonrisa se ensancha aún más. No lo entiendo, no puedo comprender porqué me trata así. No lo merezco.
No puedo mirarle a la cara sin sentirme culpable. Han pasado tres días desde que le conté que el estaba semi-muerto. Por tanto, también han pasado tres días desde que me enteré que soy la culpable de que él esté aquí. Desde entonces, él me trata mejor que antes. Las horas se hacen muy largas, no tenemos necesidades humanas como comer o dormir, y el a veces me pregunta cosas que no sé responder, pero aún así, solemos pasar el tiempo juntos. Ya no peleamos, y me doy cuenta de que muchas veces me mira con pena cuando cree que no le estoy mirando. Eso es lo que más me molesta. Soy la culpable de su estado, y él solo sabe tratarme como si fuese una reina, como si todo fuese culpa suya. Intento hablar con él lo menos posible, y cuando me pregunta, le respondo lo más escuetamente posible, incluso intento responder de mala manera, esperando que así, tal vez, me odie, pues es lo único que me merezco. Pero parece que, cada vez que soy borde con él, su sonrisa se ensancha aún más. No lo entiendo, no puedo comprender porqué me trata así. No lo merezco.
-¿Puedo
hablar contigo?- Pego un bote al escucharlo hablar a mis espaldas. Me
giro, y lo veo justo en frente mía, aunque hoy, a diferencia del
resto de días, no sonríe. Hace media hora me dijo que iría a dar
una vuelta, que si quería ir con él, pero yo me negué, con la
excusa de quedarme cuidando de algunas plantas que estaban
floreciendo allí.
-Sí,
habla.- Dije girándome de nuevo a mirar las flores.
-No, quiero hablar cara a cara. Vamos a ese banco.- Dijo cogiéndome del brazo y arrastrándome hasta un banco cercano. Se sentó y me miró fijamente, con sus ojos azules que llameaban, como si sintiesen un gran interés oculto por algo.
-¿Bueno, que querías?- Digo intentando desviar la mirada de él. Pero sus ojos, con esa mirada tan intensa, me prohíben apartar la vista, como si unas cadenas me sujetasen y me obligasen a mirarlo.
-No, quiero hablar cara a cara. Vamos a ese banco.- Dijo cogiéndome del brazo y arrastrándome hasta un banco cercano. Se sentó y me miró fijamente, con sus ojos azules que llameaban, como si sintiesen un gran interés oculto por algo.
-¿Bueno, que querías?- Digo intentando desviar la mirada de él. Pero sus ojos, con esa mirada tan intensa, me prohíben apartar la vista, como si unas cadenas me sujetasen y me obligasen a mirarlo.
-Llevas
así desde hace tres días. Has cambiado.- Dice con la voz apagada.
Así que lo ha notado... Y se preocupa. En vez de odiarme, gritarme
por lo que estoy haciendo, se preocupa por mí.
-Yo no he cambiado.-Digo en tono brusco. Me duele tanto hacerle aún más daño. Está aquí por mi culpa, y en vez de apoyarle como debería, hago que su vida aquí sea aún peor.
-Sí que lo has hecho... Desde aquel día... Desde que me enteré de mi... estado. Desde que supiste que mi accidente fue el mismo día que te encontraron...- Le miré sin poder evitarlo. No podía hacerle daño. Se le notaba tan mal, tan preocupado por mí. Si seguía así solo seguiría haciéndole daño. ¿De verdad quería eso? ¿De verdad quería hacerle sufrir aún más con mi actitud? Pero no podía cambiar, no podía dejar de sentirme culpable... Tal vez si... Una idea descabellada pasó un momento por mi cabeza. Tal vez serviría. Puede que pareciese estúpido y solo lo empeorase, pero a estas alturas era lo único que podía hacer.
-¡Yo no he cambiado!- Grité, haciendo que se sobresaltase y me mirase, con sus ojos llenos de confusión.- ¡Siempre he sido así! Cruel, asocial. Nunca he tenido amigos y nunca los tendré. ¡Tú cambiaste! Desde que te enteraste de que mi cuerpo fue el que encontraron cuando tuviste el accidente me tratas distinto. ¡Tú eres el distinto!-Noté como sus ojos no reflejaban más que confusión por todo lo ocurrido. Mi voz comenzaba a fallar, sabía que le estaba haciendo daño con todo esto. Estaba culpándolo a él de todo lo malo que había hecho yo, pero era lo único que podía hacer. Intenté hacer un último esfuerzo, para conseguir convencerlo del todo de que debía odiarme.- ¿Acaso querías ser mi amigo? ¡JA! ¡Preferiría estar sola toda la eternidad que estar con alguien como tú!-Mi voz se quebró, y supe que no podría decirle nada más sin acabar llorando.
-Yo no he cambiado.-Digo en tono brusco. Me duele tanto hacerle aún más daño. Está aquí por mi culpa, y en vez de apoyarle como debería, hago que su vida aquí sea aún peor.
-Sí que lo has hecho... Desde aquel día... Desde que me enteré de mi... estado. Desde que supiste que mi accidente fue el mismo día que te encontraron...- Le miré sin poder evitarlo. No podía hacerle daño. Se le notaba tan mal, tan preocupado por mí. Si seguía así solo seguiría haciéndole daño. ¿De verdad quería eso? ¿De verdad quería hacerle sufrir aún más con mi actitud? Pero no podía cambiar, no podía dejar de sentirme culpable... Tal vez si... Una idea descabellada pasó un momento por mi cabeza. Tal vez serviría. Puede que pareciese estúpido y solo lo empeorase, pero a estas alturas era lo único que podía hacer.
-¡Yo no he cambiado!- Grité, haciendo que se sobresaltase y me mirase, con sus ojos llenos de confusión.- ¡Siempre he sido así! Cruel, asocial. Nunca he tenido amigos y nunca los tendré. ¡Tú cambiaste! Desde que te enteraste de que mi cuerpo fue el que encontraron cuando tuviste el accidente me tratas distinto. ¡Tú eres el distinto!-Noté como sus ojos no reflejaban más que confusión por todo lo ocurrido. Mi voz comenzaba a fallar, sabía que le estaba haciendo daño con todo esto. Estaba culpándolo a él de todo lo malo que había hecho yo, pero era lo único que podía hacer. Intenté hacer un último esfuerzo, para conseguir convencerlo del todo de que debía odiarme.- ¿Acaso querías ser mi amigo? ¡JA! ¡Preferiría estar sola toda la eternidad que estar con alguien como tú!-Mi voz se quebró, y supe que no podría decirle nada más sin acabar llorando.
-Gracias...-
Dijo en apenas un susurro. No pude mirarle a los ojos. Solo miré al
suelo y escuché.- Al menos, por fin me has dejado claro lo que
piensas de mí... Creo que voy a dar una vuelta.- Se levantó y lo vi
marcharse.
-Lo siento...- Susurré con la poca voz que me quedaba. Supe que no lo había escuchado, pero aún así, era un modo de disminuir la culpa que sentía. Cuando vi que se había alejado completamente, me permití llorar. Mis lágrimas eran egoístas. No lloraba por hacerle daño a él, si no por mí. Lloraba porque con esto, también me hacía daño a mi misma. Intenté establecer esa “conexión mental” con Momoko, necesitaba hablar con ella inmediatamente. Apareció al instante. Se asomó por el agujero.
-Nunca podré acostumbrarme a esto. Es tan flipante.- Sonrió ampliamente, y creo que fue entonces cuando vio que había estado llorando, porque su cara cambió completamente.- ¿Qué te pasa?- Atravesó el agujero y se sentó al lado mía.
-Tengo que irme... Por favor... No puedo ayudarle... Puedo ayudar a todos menos a él...-Ella me miró sin comprender, pero yo no tenía fuerzas para explicarle nada.- Lo siento... Quédate tu con él, por favor... Yo me haré cargo de tus misiones... Por favor...- Mi voz se volvió a quebrar. Sabía que eso estaba en contra de las leyes, pero era lo único que se me había ocurrido hacer en ese momento. Si yo nunca podía dejar de sentirme culpable por él, solo podía obligarlo a odiarme y alejarme de él, para que otra persona pudiese ayudarle y aconsejarle. Miré a Momoko, esperando su respuesta.
-Sabes que esto está contra las reglas.-Dijo susurrando. Yo asentí. Por un momento dudé. ¿Qué le impedía negarse? Era incumplir la norma, y yo no era nadie tan importante como para sentirse obligada a hacerlo.-Te veo así... Llorando... ¿Quién puede negarse?-La miré con sorpresa. ¿Eso era un sí? ¿Se haría cargo de él por mí? Eso era genial.
-Muchas gracias.- Dije, lanzándome a darle un abrazo.- En serio, muchísimas gracias.
-Pero tarde o temprano me contarás qué ha pasado.- Dijo señalándome con un dedo. Yo solo asentí.
-Por favor, cuidalo... Mucho... Creo que le he hecho sentir mal... Solo búscale, no puede haber ido muy lejos... Explícaselo todo, y ayúdale a volver a su casa, con su familia...- Tras esto, me levanté y atravesé el agujero. Me giré una ultima vez y miré a Momoko.- Si te pregunta, dile que me fui porque... Porque le odio. Dile que no lo soportaba, que nunca podría estar mas de una semana con alguien como él.- Las lágrimas se me saltaron, y me giré, antes de volver a llorar. Noté como se cerraba de nuevo el agujero detrás mía. Lo había hecho. Me había ido. Había salido de aquel lugar. Había abandonado a Mike. Pero era por su ayuda. Ahora, el volvería con su familia. Y yo... Yo volvería a estar sola.
Bueno! Nuevo capítulo! He sido buena y lo he subido hoy porque mañana mismo me voy de vacaciones y no quería llevarme tanto tiempo sin subir capítulo! La cosa se pone interesante, al menos a mí me lo parece xDD Bueno, simplemente, espero que os guste, y prometo que a partir de aquí comenzarán a pasar cosas más... interesantes, creo xD
Un besito,
Kaiya Kin
-Lo siento...- Susurré con la poca voz que me quedaba. Supe que no lo había escuchado, pero aún así, era un modo de disminuir la culpa que sentía. Cuando vi que se había alejado completamente, me permití llorar. Mis lágrimas eran egoístas. No lloraba por hacerle daño a él, si no por mí. Lloraba porque con esto, también me hacía daño a mi misma. Intenté establecer esa “conexión mental” con Momoko, necesitaba hablar con ella inmediatamente. Apareció al instante. Se asomó por el agujero.
-Nunca podré acostumbrarme a esto. Es tan flipante.- Sonrió ampliamente, y creo que fue entonces cuando vio que había estado llorando, porque su cara cambió completamente.- ¿Qué te pasa?- Atravesó el agujero y se sentó al lado mía.
-Tengo que irme... Por favor... No puedo ayudarle... Puedo ayudar a todos menos a él...-Ella me miró sin comprender, pero yo no tenía fuerzas para explicarle nada.- Lo siento... Quédate tu con él, por favor... Yo me haré cargo de tus misiones... Por favor...- Mi voz se volvió a quebrar. Sabía que eso estaba en contra de las leyes, pero era lo único que se me había ocurrido hacer en ese momento. Si yo nunca podía dejar de sentirme culpable por él, solo podía obligarlo a odiarme y alejarme de él, para que otra persona pudiese ayudarle y aconsejarle. Miré a Momoko, esperando su respuesta.
-Sabes que esto está contra las reglas.-Dijo susurrando. Yo asentí. Por un momento dudé. ¿Qué le impedía negarse? Era incumplir la norma, y yo no era nadie tan importante como para sentirse obligada a hacerlo.-Te veo así... Llorando... ¿Quién puede negarse?-La miré con sorpresa. ¿Eso era un sí? ¿Se haría cargo de él por mí? Eso era genial.
-Muchas gracias.- Dije, lanzándome a darle un abrazo.- En serio, muchísimas gracias.
-Pero tarde o temprano me contarás qué ha pasado.- Dijo señalándome con un dedo. Yo solo asentí.
-Por favor, cuidalo... Mucho... Creo que le he hecho sentir mal... Solo búscale, no puede haber ido muy lejos... Explícaselo todo, y ayúdale a volver a su casa, con su familia...- Tras esto, me levanté y atravesé el agujero. Me giré una ultima vez y miré a Momoko.- Si te pregunta, dile que me fui porque... Porque le odio. Dile que no lo soportaba, que nunca podría estar mas de una semana con alguien como él.- Las lágrimas se me saltaron, y me giré, antes de volver a llorar. Noté como se cerraba de nuevo el agujero detrás mía. Lo había hecho. Me había ido. Había salido de aquel lugar. Había abandonado a Mike. Pero era por su ayuda. Ahora, el volvería con su familia. Y yo... Yo volvería a estar sola.
Bueno! Nuevo capítulo! He sido buena y lo he subido hoy porque mañana mismo me voy de vacaciones y no quería llevarme tanto tiempo sin subir capítulo! La cosa se pone interesante, al menos a mí me lo parece xDD Bueno, simplemente, espero que os guste, y prometo que a partir de aquí comenzarán a pasar cosas más... interesantes, creo xD
Un besito,
Kaiya Kin
Mentiras y más mentiras, a veces hay que recurrir a ellas...