Dead or Alive?
Publicado por Kaiya Kin , lunes, 25 de junio de 2012 23:47
Capítulo
18
Noto como ella se tensa en mis brazos, pero no la suelto. No puedo. Siento la necesidad de protegerla, de darle toda la ayuda que no recibió durante esos 4 meses. En un principio pensé que era mentira, pero recordaba algunos recortes de periódicos con datos sobre la investigación, y, aún más, recuerdo perfectamente el parque que ella describía. Era el parque en el que jugaba con mi hermano de pequeño. Era la cueva donde me escondía. Era el parque donde tuve el accidente. Justo en sus puertas, quise esquivar un coche de policía y caí. Además, aún recuerdo perfectamente esa frase. <<Hemos encontrado su cadáver, avisad a la familia.>> No puede ser una coincidencia. Es ella. Ella es a la que encontraron en el parque el día de mi accidente.
Noto como ella se tensa en mis brazos, pero no la suelto. No puedo. Siento la necesidad de protegerla, de darle toda la ayuda que no recibió durante esos 4 meses. En un principio pensé que era mentira, pero recordaba algunos recortes de periódicos con datos sobre la investigación, y, aún más, recuerdo perfectamente el parque que ella describía. Era el parque en el que jugaba con mi hermano de pequeño. Era la cueva donde me escondía. Era el parque donde tuve el accidente. Justo en sus puertas, quise esquivar un coche de policía y caí. Además, aún recuerdo perfectamente esa frase. <<Hemos encontrado su cadáver, avisad a la familia.>> No puede ser una coincidencia. Es ella. Ella es a la que encontraron en el parque el día de mi accidente.
-No puede ser...-Susurra débilmente. La aparto un poco de mis brazos para mirarla a los ojos, y veo la culpabilidad reflejada en ellos.- Tú... Ese día... ¿Qué pasó exactamente?-Pregunta entrecortadamente.
-Bueno...-Supongo que ahora me toca a mí contar lo que pasó.- Yo solo... Salí con la bici para ir al instituto, como cualquier otro día. Iba por el camino de siempre. Entonces llegué al parque y, de repente, un coche de policía se atravesó en mi camino. Intenté esquivarlo como pude, pero perdí el equilibro de la bici y caí al suelo. Me dí un golpe aquí.-Le dije, tocándome en la zona superior a mi ojo, donde tantos pinchazos había notado hacía apenas unos momentos.- Y bueno, fue como si todo se volviese negro. No podía controlar mi cuerpo. No veía. No podía hablar.- Intenté describirle como era sensación, pero era algo difícil de explicar. Era como tener tu cuerpo pero sin poder controlarlo, como si solo fuese una armadura metálica que llevaba encima.- Escuché unas sirenas a lo lejos, supuse que sería la ambulancia. Y creo que después llegaron más coches de policía. Comenzaron a inspeccionarme, pero yo no podía decirles nada. Cada vez me sentía más fuera de mí, y estaba perdiendo la consciencia. Fue entonces cuando escuché la radio de un coche patrulla avisando de que habían encontrado el cadáver, que avisasen a la familia.- Miro de reojo a Laisha, que parece estar metida en sus pensamientos, tal vez intentando recordar ese preciso momento, o aún vagando por los recuerdos de aquellos días en la cueva.- Después desperté aquí.- Me quedé mirando a Laisha para ver su reacción, pero parecía como si estuviese a millones de kilómetros de aquí. Un silencio nos rodeaba, pero ninguno de los dos parecía dispuesto a romperlo. Ella, por su parte, estaba bastante concentrada en sus propios pensamientos, y yo... Yo necesitaba buscar una buena disculpa con ella. La había tratado muy mal, y era lo que menos se merecía después de todo lo que había sufrido antes de llegar aquí. Además, también necesitaba pensar en mi mismo. Si, según ella, yo estaba semi-muerto, ¿qué pasaba conmigo ahora? No sabía exactamente que consecuencias llevaba el estar semi-muerto.
-Lo
siento...-Me giré sorprendido. Eran las primeras palabras que había
dicho desde hacía un buen rato, aunque ahora ya no sabía si las
había dicho realmente o era mi imaginación, porque ella seguía con
la mirada perdida.-Yo... Yo soy la culpable de que te haya pasado
todo esto...-Dice mientras las lágrimas se derraman por sus
mejillas. ¿Cómo? ¿Ella la culpable? ¿Cómo puede pensar eso? Me
levanto y me acerco a ella, que sigue sentada, ahora con la vista
clavada en el suelo. Me arrodillo frente a ella, esperando a que me
mire, pero viendo que no lo hace, la agarro la cara, obligandola así
a que me mire a mi, y no al suelo.
-Tu no tienes la culpa de nada, ¿vale?-Digo seriamente, aunque parece que no le convence mucho.- ¿Acaso crees que tienes la culpa de todo esto? Venga ya, solo caí con la bici. ¿Tu controlabas la bici?- Ella niega débilmente con la cabeza, aunque las lágrimas siguen cayendo por sus mejillas.- No te culpes por lo que me pasó a mí. El coche giró porque habían encontrado tu cuerpo, sí, pero tu no conducías el coche. Además, tu no tienes la culpa de que ese malnacido te hiciera... eso.-Noto como una rabia contenida surge de mi al recordar lo que le hizo ese animal. No puedo soportar como por culpa de ese, ahora ella esté aquí, culpándose por algo que no tiene nada que ver con ella. Suelto sus mejillas por miedo a estar haciéndole daño, ya que ahora mismo no puedo controlar mi propia rabia. En cuanto la suelto, ella agacha su mirada, de nuevo mirando al suelo. ¿Por qué? ¿Por qué se comporta como si tuviese miedo? ¿O vergüenza? ¡Nada es su culpa!.- Mírame.-Digo intentando tranquilizarla, pero sueno demasiado serio, casi como si fuese una orden. Ella levanta su mirada un poco asustada.- No te culpes a ti, por favor. No es culpa tuya. No lo es.- Ella solo asiente, pero noto como vuelve a perderse entre sus recuerdos. ¿Por qué es tan difícil hacerla entrar en razón? ¿Por qué sigue pensando que ella es la culpable de todo? ¿Qué puedo hacer para que se relaje un poco? Entonces recuerdo como suelo tranquilizar a mi madre cuando se preocupa demasiado por las cosas. Recuerdo que hice eso justo antes de salir aquel día de casa, cuando ella me pidió que tuviese cuidado. Tal vez funcione. Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla. Ella me mira sorprendida, y yo solo sonrío. Sonrío como le sonreí aquel día a mi madre. Sonrío feliz. Y ella, al final, sonríe conmigo.
Bueno... Antes que nada, siento la demora. En serio, lo siento mucho, muchísimo. Llevo mil sin escribir, seguro que la mayoría ni tan siquiera recuerda de qué iba la historia. Lo siento. Hace 4 semanas que terminé el instituto. Hasta esa semana, estuve ocupada con exámenes y aprendiéndome el guión de una obra que representábamos en teatro. Cuando terminó el curso pensé que tendría tiempo, pero mis amigas me han tenido secuestradas desde el viernes, y solo ahora es cuando he tenido tiempo suficiente para subir. Que conste que no me había olvidado, todos los días pensaba en vosotros, que seguro estabais ya cansándoos de mi por la demora. MIL PERDONES.
Con respecto al capítulo... Espero que os guste. Es el último que me dio tiempo a escribir antes de que mi inspiración desapareciese, pero JURO que no permitiré que esperéis tanto otro capítulo como os he hecho esperar con este. Espero que os guste
Un besito,
Kaiya Kin
-Tu no tienes la culpa de nada, ¿vale?-Digo seriamente, aunque parece que no le convence mucho.- ¿Acaso crees que tienes la culpa de todo esto? Venga ya, solo caí con la bici. ¿Tu controlabas la bici?- Ella niega débilmente con la cabeza, aunque las lágrimas siguen cayendo por sus mejillas.- No te culpes por lo que me pasó a mí. El coche giró porque habían encontrado tu cuerpo, sí, pero tu no conducías el coche. Además, tu no tienes la culpa de que ese malnacido te hiciera... eso.-Noto como una rabia contenida surge de mi al recordar lo que le hizo ese animal. No puedo soportar como por culpa de ese, ahora ella esté aquí, culpándose por algo que no tiene nada que ver con ella. Suelto sus mejillas por miedo a estar haciéndole daño, ya que ahora mismo no puedo controlar mi propia rabia. En cuanto la suelto, ella agacha su mirada, de nuevo mirando al suelo. ¿Por qué? ¿Por qué se comporta como si tuviese miedo? ¿O vergüenza? ¡Nada es su culpa!.- Mírame.-Digo intentando tranquilizarla, pero sueno demasiado serio, casi como si fuese una orden. Ella levanta su mirada un poco asustada.- No te culpes a ti, por favor. No es culpa tuya. No lo es.- Ella solo asiente, pero noto como vuelve a perderse entre sus recuerdos. ¿Por qué es tan difícil hacerla entrar en razón? ¿Por qué sigue pensando que ella es la culpable de todo? ¿Qué puedo hacer para que se relaje un poco? Entonces recuerdo como suelo tranquilizar a mi madre cuando se preocupa demasiado por las cosas. Recuerdo que hice eso justo antes de salir aquel día de casa, cuando ella me pidió que tuviese cuidado. Tal vez funcione. Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla. Ella me mira sorprendida, y yo solo sonrío. Sonrío como le sonreí aquel día a mi madre. Sonrío feliz. Y ella, al final, sonríe conmigo.
Bueno... Antes que nada, siento la demora. En serio, lo siento mucho, muchísimo. Llevo mil sin escribir, seguro que la mayoría ni tan siquiera recuerda de qué iba la historia. Lo siento. Hace 4 semanas que terminé el instituto. Hasta esa semana, estuve ocupada con exámenes y aprendiéndome el guión de una obra que representábamos en teatro. Cuando terminó el curso pensé que tendría tiempo, pero mis amigas me han tenido secuestradas desde el viernes, y solo ahora es cuando he tenido tiempo suficiente para subir. Que conste que no me había olvidado, todos los días pensaba en vosotros, que seguro estabais ya cansándoos de mi por la demora. MIL PERDONES.
Con respecto al capítulo... Espero que os guste. Es el último que me dio tiempo a escribir antes de que mi inspiración desapareciese, pero JURO que no permitiré que esperéis tanto otro capítulo como os he hecho esperar con este. Espero que os guste
Un besito,
Kaiya Kin
MOLA! Cada vez se confirma más mi teoría de que aquí pasa algo en estos cuores *-*