El pintor de ánimas
Publicado por Hola Holita, Vecinillo , lunes, 9 de abril de 2012 14:12
Varios pares de ojos se abrieron al sonido de una carcajada de psicótico placer. Poderosa era la fuerza que los había llevado allí, almas solitarias y pecadoras que necesitaban la redención. Estaban allí para comenzar un viaje a la purificación, un viaje de salvación. Pero un viaje que no habían pedido. Las almas pecadoras que no quieren cambiar son aquellas que se encuentran en mayor pecado, y eso era algo que el Pintor sabía perfectamente. Tenía el poder en su don; en su paleta, su pincel y su lienzo, residía su fuerza. Retratar o imaginar la realidad no era ya bastante para él. Necesitaba una meta, un cometido. Y lo había encontrado en aquellos impuros.
Habría quienes le llamarían loco, quienes le considerarían extremista, o le condenarían por defender abiertamente sus creencias, pero él sabía que Dios le entendería, y premiaría su esfuerzo y sacrificio al llevarle a tantas ovejas descarriadas de su redil al establo de las llamas redentoras y purificantes. Era una tarea difícil, pero insignificante para el Pintor que, pincel y paleta en mano, representa en el lienzo el rojo fuego que lame la carne del pecado. Horas después de trabajo con rojos y marrones, naranjas y negros, es el momento de enviar a las ánimas al lugar donde podrán convertirse en personas de Dios. La carne sufridora se torna roja en el lienzo, al contacto con las llamas. Los gritos de los pecadores, surcando la liberación, resuenan en la cabeza del Pintor, como voces de ángeles caídos, como la voz de Satanás. El Pintor rió. El Maligno ya no podría tocar y corromper las almas que él había salvado.
El movimiento del pincel fue transportando a los pecadores al Purgatorio, conforme sus cuerpos fueron apareciendo retratados entre las lenguas de rojo fuego del mundo entre el Cielo y el Infierno. Los recién llegados parecían empujar sin remedio a los más veteranos lejos de la visión del propio Pintor, viéndose tan solo sus compungidos rostros, como tapados por un velo de indiferencia.
El último grupo de elegidos por el Pintor para ser salvados se removía contra las ataduras que los mantenían amordazados y prisioneros. Uno a uno, fueron liberados momentáneamente para poder llevar sin impedimentos las ánimas atrapadas entre los brazos del Demonio hacia la redención. Los gritos se dejaron de oír finalmente, y el Pintor dio los últimos toques a su cuadro, preciado entre sus numerosas obras.
El Pintor se lavó las manos y contempló los cuerpos yacentes, suplicantes, empujándose los unos a los otros entre las llamas del Purgatorio. Sonrió.
Unidad de Conservación y Restauración de Bienes.
A día 19 de Abril del año 1998, los técnicos del equipo han realizado una restauración rutinaria a las obras de la Sala. En los análisis a la obra del año 1636 hemos encontrado materiales inéditos en la composición del cuadro. Se ha detectado material genético de al menos medio centenar de personas. Lo más llamativo: el predominante color rojo en toda la composición no es una mezcla al óleo, como se pensaba originariamente, sino pura sangre. El caso requerirá una investigación, por lo que la obra será retirada de la exposición permanente del Museo de Bellas Artes.
Fdo.: Manuel Rodríguez Ferrández
Coordinador de la Unidad de Conservación
y Restauración de Bienes.
Sádica ¬¬ Te imagino a ti misma como "el pintor" en serio xDD Con la risa maligna y todo xDD