Dead or Alive?
Publicado por Kaiya Kin , sábado, 28 de abril de 2012 21:37
Capítulo
13
Ahora que por fin estaba sola era el momento de intentar contactar con Momoko para que me ayudase. Aunque no estaba muy segura de como hacerlo. Se suponía que pensando en ella establecería una “conexión mental”. Intenté recordar todos los detalles posibles de ella. Recordé su pelo color de trigo, y sus ojos color de miel, y esa expresión infantil en su rostro. Dibujé su imagen en mi mente. Me concentré al máximo en su figura, en intentar hablar con ella. Entonces, ante mí, se abrió un “agujero negro”. O al menos, eso parecía, salvo por la diferencia de que no intentaba absorberme o algo parecido. De repente, al otro lado, apareció la figura de Momoko, que se despedía de alguien a quien no pude ver.
-Adiós. Ya nos veremos, pero aún no es tu momento.-Dijo sonriendo. Entonces, cuando supuse la otra persona se había ido, bajó la mano y se giró.-¡Vaya! Mira a quien tenemos por aquí.-Dijo mientras se asomaba a por el agujero, como si de una ventana se tratase.-Así que cuando se establece conexión es así.-Dijo impresionada mirando a todas partes.- Siempre me habían contado como era, pero nunca lo había visto en persona. ¿Y puedo pasar a tu lado?-Dijo mientras pasaba su pierna por el agujero. Cuando estuvo completamente en mi zona, el agujero se cerró.-¡Oh, vaya! Puede que me cueste trabajo volver...-Dijo dudosa. Yo aún la miraba perpleja. La había llamado para que me ayudase, no para que empezase a comportarse como una niña chica con un juguete nuevo.-Bueno, ¿Y por qué me llamas? Menos mal que acababa de terminar mi misión, si no, no podría venir a ayudarte.-Dijo sentándose en el banco más cercano.
- Entonces cuando te despedías de esa persona... ¿era una misión?.-Pregunté desconcertada. Yo pensaba que estaba hablando con alguien como un amigo más. ¿Una misión? Yo nunca tendría una conversación tan amena con Mike como la que ella estaba teniendo con aquella persona...
-No creo que esté echa para esto...-Dije sentándome junto a ella en el banco, derrotada. Era la única persona que tenía cerca, y eran ya muchos los sentimientos acumulados.-Yo no puedo más.-Dije derrotada.-No sirvo para esto... No soy capaz de decirle a alguien que está muerto.
-Medio.-Dijo ella sonriente.
-¿Qué dices de medio?-Le estaba mostrando mis sentimientos, mis preocupaciones, y ella salía diciéndome “medio”.
-Que solo está MEDIO muerto.-Recalcó, como si fuese una profesora corrigiendo a un alumno.
-¡Aún así!-Dije sin darle importancia.-No soy capaz de decirle a alguien algo así... Me siento como si yo misma le arrebatase la vida...
-Pero tarde o temprano tienes que decírselo.-Dijo, poniéndose seria y endureciendo su rostro, que perdió todo rastro infantil.- Nuestro deber es ayudarlos. ¿Acaso crees que si vive en la ignorancia podrás ayudarle en algo?.-Dijo mirándome rudamente. No pude contenerme más, y las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder evitarlo.
-¿Y por qué a mi nadie me ayudó? ¿¡Por qué!? ¡Tuve que quedarme encerrada en ese parque durante 4 meses! ¿Acaso sabes todo lo que tuve que pasar? ¡No sabía por qué estaba allí, encerrada! ¡Noté como mi corazón dejó de latir! ¡Vi mi propio cadáver! Y aún así...-Las lágrimas caían sin parar, inundando mis mejillas.-Aún así...Nadie vino a ayudarme.-Dije entre sollozos. Toda la rabia acumulada por haberme sentido abandonada, insultada por aquel señor que me mató, todo el miedo a quedar encerrada para siempre... Todos esos sentimientos que tenía acumulados brotaban hacia el exterior sin que pudiese evitarlo.-Tuve que aguantar 4 meses con el cuerpo malherido, soportando constantemente el dolor que producían esas heridas. Ya no era el dolor físico, eso podía soportarlo, pero esas heridas me recordaban a mí misma que estaba muerta, abandonada... -Mi tono de voz fue descendiendo.- No sabes lo mal que lo pasé... Tardé un mes en darme cuenta de que hasta que no encontrasen mi cuerpo, no podría escapar de aquel lugar... Pero a pesar de ello, nadie me ayudó. ¿¡Por qué a él si y a mi no!?.-Dije encarándola, con los ojos anegados en lágrimas. Ella seguía con el rostro serio, sin mostrar expresión alguna.
-Eso es algo que no está en mis manos... Nosotros solo nos encargamos de orientar a personas que se encuentran entre la vida y la muerte pero que nos han sido asignadas.-Dijo mirando al suelo con voz neutra.- Tal vez los que mueren como tú son los que necesitan mas ayuda, no lo sé, pero aún así nosotros solo podemos ayudar a nuestros asignados... Si tú no fuiste asignada a nadie, no podemos ayudarte.
-¿Ni tú? ¡Tú podrías haberme ayudado! Antes... dijiste que me estabas esperando... Que yo estaba asignada a estar contigo... Podrías haber venido a buscarme...-Ya no podía callarme más. No era suficiente excusa eso de que no había sido asignada a nadie. La soledad, el miedo, la rabia, la tristeza... Todos los sentimientos que había sentido esos 4 meses no podían ser compensados con una burda excusa como esa.
-Yo sabía que vendrías, pero no sabía cuando. Aquí no adivinamos cuando ha llegado el momento de alguien... ¡Lo siento, vale!-Dijo dejando a un lado esa neutralidad que había mantenido hasta el momento y mirándome a los ojos.- Aún así, no podría haber hecho nada por ti. Hay muchas cosas de este mundo que no conoces.-Dijo intentando relajar el ambiente. Respiré hondo y mi siguiente frase sonó más calmada.
-¿Y cuándo podré conocerlas?
-Ahora mismo lo más importante es completar esta misión. Y para ello, lo primero es que le contemos al chaval el estado en el que se encuentra...
-¿Me ayudarás?-Pregunté, limpiándome las últimas lágrimas.
-No debería... Pero bueno, supongo que las reglas están para saltárselas.-Dijo sonriéndome abiertamente.-Bueno, ¿y dónde está?
-Em...-Dije dudosa.-No lo sé.-Me encogí de hombros.-Tenía sueño y como yo no sabía dónde podía dormir se fue por allí.-Dije señalándole el camino por el que lo había visto marcharse.
-¿¡Sueño!?-Dijo Momoko muy alterada.
-Si.-Dije asintiendo.
-¡No puede tener sueño!-Gritó, mientras comenzaban a correr en la dirección que le había señalado.-¡Aquí no se duerme, excepto cuando algo malo le pasa a su cuerpo en el mundo humano!-Eso me dejó paralizada. Había dejado ir a Mike, y tal vez por eso ahora estaba muerto.
Ahora que por fin estaba sola era el momento de intentar contactar con Momoko para que me ayudase. Aunque no estaba muy segura de como hacerlo. Se suponía que pensando en ella establecería una “conexión mental”. Intenté recordar todos los detalles posibles de ella. Recordé su pelo color de trigo, y sus ojos color de miel, y esa expresión infantil en su rostro. Dibujé su imagen en mi mente. Me concentré al máximo en su figura, en intentar hablar con ella. Entonces, ante mí, se abrió un “agujero negro”. O al menos, eso parecía, salvo por la diferencia de que no intentaba absorberme o algo parecido. De repente, al otro lado, apareció la figura de Momoko, que se despedía de alguien a quien no pude ver.
-Adiós. Ya nos veremos, pero aún no es tu momento.-Dijo sonriendo. Entonces, cuando supuse la otra persona se había ido, bajó la mano y se giró.-¡Vaya! Mira a quien tenemos por aquí.-Dijo mientras se asomaba a por el agujero, como si de una ventana se tratase.-Así que cuando se establece conexión es así.-Dijo impresionada mirando a todas partes.- Siempre me habían contado como era, pero nunca lo había visto en persona. ¿Y puedo pasar a tu lado?-Dijo mientras pasaba su pierna por el agujero. Cuando estuvo completamente en mi zona, el agujero se cerró.-¡Oh, vaya! Puede que me cueste trabajo volver...-Dijo dudosa. Yo aún la miraba perpleja. La había llamado para que me ayudase, no para que empezase a comportarse como una niña chica con un juguete nuevo.-Bueno, ¿Y por qué me llamas? Menos mal que acababa de terminar mi misión, si no, no podría venir a ayudarte.-Dijo sentándose en el banco más cercano.
- Entonces cuando te despedías de esa persona... ¿era una misión?.-Pregunté desconcertada. Yo pensaba que estaba hablando con alguien como un amigo más. ¿Una misión? Yo nunca tendría una conversación tan amena con Mike como la que ella estaba teniendo con aquella persona...
-No creo que esté echa para esto...-Dije sentándome junto a ella en el banco, derrotada. Era la única persona que tenía cerca, y eran ya muchos los sentimientos acumulados.-Yo no puedo más.-Dije derrotada.-No sirvo para esto... No soy capaz de decirle a alguien que está muerto.
-Medio.-Dijo ella sonriente.
-¿Qué dices de medio?-Le estaba mostrando mis sentimientos, mis preocupaciones, y ella salía diciéndome “medio”.
-Que solo está MEDIO muerto.-Recalcó, como si fuese una profesora corrigiendo a un alumno.
-¡Aún así!-Dije sin darle importancia.-No soy capaz de decirle a alguien algo así... Me siento como si yo misma le arrebatase la vida...
-Pero tarde o temprano tienes que decírselo.-Dijo, poniéndose seria y endureciendo su rostro, que perdió todo rastro infantil.- Nuestro deber es ayudarlos. ¿Acaso crees que si vive en la ignorancia podrás ayudarle en algo?.-Dijo mirándome rudamente. No pude contenerme más, y las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder evitarlo.
-¿Y por qué a mi nadie me ayudó? ¿¡Por qué!? ¡Tuve que quedarme encerrada en ese parque durante 4 meses! ¿Acaso sabes todo lo que tuve que pasar? ¡No sabía por qué estaba allí, encerrada! ¡Noté como mi corazón dejó de latir! ¡Vi mi propio cadáver! Y aún así...-Las lágrimas caían sin parar, inundando mis mejillas.-Aún así...Nadie vino a ayudarme.-Dije entre sollozos. Toda la rabia acumulada por haberme sentido abandonada, insultada por aquel señor que me mató, todo el miedo a quedar encerrada para siempre... Todos esos sentimientos que tenía acumulados brotaban hacia el exterior sin que pudiese evitarlo.-Tuve que aguantar 4 meses con el cuerpo malherido, soportando constantemente el dolor que producían esas heridas. Ya no era el dolor físico, eso podía soportarlo, pero esas heridas me recordaban a mí misma que estaba muerta, abandonada... -Mi tono de voz fue descendiendo.- No sabes lo mal que lo pasé... Tardé un mes en darme cuenta de que hasta que no encontrasen mi cuerpo, no podría escapar de aquel lugar... Pero a pesar de ello, nadie me ayudó. ¿¡Por qué a él si y a mi no!?.-Dije encarándola, con los ojos anegados en lágrimas. Ella seguía con el rostro serio, sin mostrar expresión alguna.
-Eso es algo que no está en mis manos... Nosotros solo nos encargamos de orientar a personas que se encuentran entre la vida y la muerte pero que nos han sido asignadas.-Dijo mirando al suelo con voz neutra.- Tal vez los que mueren como tú son los que necesitan mas ayuda, no lo sé, pero aún así nosotros solo podemos ayudar a nuestros asignados... Si tú no fuiste asignada a nadie, no podemos ayudarte.
-¿Ni tú? ¡Tú podrías haberme ayudado! Antes... dijiste que me estabas esperando... Que yo estaba asignada a estar contigo... Podrías haber venido a buscarme...-Ya no podía callarme más. No era suficiente excusa eso de que no había sido asignada a nadie. La soledad, el miedo, la rabia, la tristeza... Todos los sentimientos que había sentido esos 4 meses no podían ser compensados con una burda excusa como esa.
-Yo sabía que vendrías, pero no sabía cuando. Aquí no adivinamos cuando ha llegado el momento de alguien... ¡Lo siento, vale!-Dijo dejando a un lado esa neutralidad que había mantenido hasta el momento y mirándome a los ojos.- Aún así, no podría haber hecho nada por ti. Hay muchas cosas de este mundo que no conoces.-Dijo intentando relajar el ambiente. Respiré hondo y mi siguiente frase sonó más calmada.
-¿Y cuándo podré conocerlas?
-Ahora mismo lo más importante es completar esta misión. Y para ello, lo primero es que le contemos al chaval el estado en el que se encuentra...
-¿Me ayudarás?-Pregunté, limpiándome las últimas lágrimas.
-No debería... Pero bueno, supongo que las reglas están para saltárselas.-Dijo sonriéndome abiertamente.-Bueno, ¿y dónde está?
-Em...-Dije dudosa.-No lo sé.-Me encogí de hombros.-Tenía sueño y como yo no sabía dónde podía dormir se fue por allí.-Dije señalándole el camino por el que lo había visto marcharse.
-¿¡Sueño!?-Dijo Momoko muy alterada.
-Si.-Dije asintiendo.
-¡No puede tener sueño!-Gritó, mientras comenzaban a correr en la dirección que le había señalado.-¡Aquí no se duerme, excepto cuando algo malo le pasa a su cuerpo en el mundo humano!-Eso me dejó paralizada. Había dejado ir a Mike, y tal vez por eso ahora estaba muerto.
No os podéis quejar eh? Si, sé que he tardado en subir el capítulo, pero a cambio, este capítulo tiene un poco de todo.
Al menos a mí es uno de los que más me gusta, no se vosotros. Ya me contaréis ;D
Un besito <33
Kaiya Kin
Dios, este capítulo me ha encantado, quiero más *-*